Dolor desde el nacimiento. Caso Martí Riba, parte 2
La semana pasada, en la primera parte del caso de Martí Riba les adelanté que él nació con una fusión en las caderas y tras haber sido enyesado por dos años y someterse a dolorosas terapias, creció con una diferencia en el desarrollo de sus piernas, teniendo en el pie de la pierna más corta una afección conocida como pata de venado, por la que no podía flexionar su pie. Sin embargo, desde la primera visita a nuestro consultorio, le ayudamos a eliminar el dolor de su vida con nuestro método y’u®.
Les tengo que contar la anécdota de cómo le enseñé a caminar, él por obvias razones levantaba la cadera para poder mover el lado de la fusión, por lo que empezamos aislando el movimiento de su tobillo, con ello provocamos que poco a poco pudiera tener una mejor dorsiflexión (doblar el pie hacia arriba), luego alineamos y relajamos todos los músculos que se acercan a la cadera, pero la mejor parte es que lo convertimos en un guerrero águila.
En y’u® tenemos 60 personajes con los que enseñamos de forma divertida, didáctica y pedagógica, para que el cuerpo reprograme de una manera más factible y con mucha facilidad. En el guerrero águila, como en todos mis personajes, abarco la biomecánica, la forma en cómo lo archiva el cerebro (neuro-sensorial) y la propiocepción (capacidad de entender los espacios y la relación de todo lo que se tiene alrededor con respecto al cuerpo).
Entonces para la marcha, lo primero que hay que entender es que ésta nace desde la flexión de tobillo, por lo que el águila se para en un peldaño —el más alto de todos— y luego se deja caer; al hacerlo, todos los músculos posteriores se activan y sólo por empezar así, ya tenemos un patrón completamente diferente de movimientos y grupos musculares.
“Da el primer paso y comienza a volar”, esa fue la instrucción que le di, y sus neuroreceptores se accionaron de manera más efectiva y así comenzamos con la reprogramación de un nuevo patrón. Ese día, por primera vez en su vida, Martí usó su pie e hizo lo que todos hacemos para caminar, y todo gracias a la visualización de tirarse por el peldaño y luego volar.
Al realizar los movimientos, él no podía sonar como cojeando, ya que eso no suena a vuelo; él tenía que fluir su movimiento, por lo que adquirió otra serie de patrones que en realidad su cerebro no sabía que existían, después de repetir una y otra vez esta serie, su cuerpo ahora usa indistintamente los dos pies y si alguien lo conoce, apenas podría notar la diferencia, además de no tener dolor, él ya hace su vida caminando, va y viene sin problemas y fluye, yo diría que vuela por la vida.
Ahora Martí entiende su cuerpo como su mejor herramienta, para hacer lo que él quiera y cuando quiera. Tenemos un tesoro y no sólo está desperdiciado, sino que lo usamos mal y aunque éste te avisa diciendo ¡ME DUELE!, la mayoría de gente hace caso omiso de esta advertencia, es decir, ¿cuántas cosas haces que tu cuerpo te pide a gritos diciendo que eso no está bien, que no te genera bienestar y sigues haciéndolo?
Tal vez te estás preguntando el hecho de que siempre te han dicho que si no duele, no sirve. Si al hacer ejercicio, al día siguiente no amanezco con dolor es que no lo hice bien, pues te planteo lo contrario, qué tal si para hacer ejercicio, sales por ejemplo a caminar entre los árboles, al lugar más bello que conozcas, y respiras de tal manera que sea muy agradable, mientras lo haces practicas lo que acabo de describir, verás cómo esto sí que es bueno y al día siguiente amanecerás con ganas de volverlo hacer y probablemente con más energía y mejor humor.
Martí hoy tiene completamente aislados sus movimientos y está feliz de saber cómo potencializarse, hoy usa las dos piernas de manera indistinta. Hace unos días me preguntaban si los casos de los que hablo son reales, sí que lo son, todos son de carne y hueso, es por ello que, en las redes, subiré su testimonio, pues veo una vez más, un caso de éxito con la gran satisfacción de entender que todos tenemos lo suficiente para estar mucho mejor de lo que hoy estamos.
Cualquier duda pueden escribirnos por Facebook o llamarnos al teléfono 442 2580 597 y te regalaremos una valoración si marcas esta semana y dices la clave: “lo leí en EL UNIVERSAL”.