La Sabiduría
A lo largo de las últimas columnas les he detallado y explicado algunos de los principios que empleamos en la metodología Y’u para ayudarte a sentirte y verte como realmente quieres.
Comenzamos con la respiración, para luego hablar sobre la fluidez, la concentración, y hoy les compartiré un poco sobre la sabiduría.
¿A quién de las personas que conoces representarías como un sabio? Normalmente catalogamos así a un viejo, por sus años de vida y experiencia, o bien, a personas que poseen muchos estudios y dominan gran conocimiento.
En el diccionario podemos encontrar muchas definiciones, pero la que más me gusta es esta: “Facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto”, sin embargo, en otras se explica como el “Conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia”.
Empero todos somos sabios en algún tema y para lograrlo requerimos de experiencia, por lo que remito a la primera definición citada, ya que para que realmente algo se pueda resolver de manera sensata, debe hacerse
a través de la consciencia.
Entonces me preguntarás: ¿Con qué se come? ¿Cómo hacerle para obtener sabiduría? Y la respuesta es que en cualquier actividad que hagas de manera repetida, podrás llegar a ser sabio en esa experiencia.
La sabiduría es uno de de los principios de Y’u y lo importante es que elijas un tema que te gusta porque eso te invita, de manera amable, a convertirte naturalmente en sabio.
Como en todos los principios, en Y’u utilizamos un personaje para ser representado y decidí que el mejor símbolo de sabiduría es el búho, ya que éste se ha mostrado como sinónimo desde hace tantos años.
El búho se representa como sabio porque es un muy perceptivo, puede ver en la oscuridad, gira su cabeza 360 grados y y tiene una vista aérea debido a que normalmente se encuentra en un árbol.
Además su escucha es impresionante justo porque lo hace a modo de sensores que perciben las ondas desde muy lejos, puede esponjar sus plumas para tener una piel muy sensible, también tiene un gran olfato y por ello un buen gusto; el olfato y gusto siempre van juntos.
La combinación de sus habilidades le permite tener una buena propiocepción, que es la capacidad del cuerpo para detectar el movimiento y la posición de las articulaciones, entonces si aprendes como el búho, a través de todos tus sentidos, tu cerebro lo retiene de una manera diferente.
Y si además te haces consciente del antes y el después del conocimiento, te harás sabio antes de lo que te imaginas, y no importa si se trata de un libro, una peli, un ejercicio, un abrazo o un beso, simplemente hay que concentrarse en cada sentido, percibirlo y razonar.
En realidad creo que hacernos sabios es un proceso que debemos disfrutar, ya que de alguna manera todos lo somos. Pregúntenle a cualquier padre, ¿cómo aprendió a serlo? Y la mayoría les contestará que a través prueba
y error, mientras que otros dirán que con puro amor.
Lo importante es entender que la clave de pasar de ser experto a sabio, verdaderamente es la capacidad de la concentración a través de los sentidos, para luego racionalizarlo y llevarlo de adentro hacia afuera y viceversa, entendiéndonos como una integridad.
Lo traduzco a un tema que pueda ser más cercano, como un beso: el beso del amor de tu vida. Realmente nos hacemos expertos automáticamente porque al hacerlo te convertirás en el búho rápidamente, ya que literalmente podrás ver en la oscuridad y es una acción en la que usas todos y cada uno de tus sentidos.
Si después de besar miles de veces, lo racionalizas contigo, lo expresas, te acuerdas de qué hace tu cuerpo, cómo se sienten los tejidos, a qué huele y además lo compartes y lo expresas, en ese momento empezarás a ser un sabio al respecto.
Te invito a probar esta y otras experiencias satisfactorias, para que las vayas haciendo cada vez más sensoriales y conscientes. Bienvenidos al mundo de Y’u, en dónde tú (y’u) estás, te ves y te sientes justo como quieras.