Contractura severa crónica
Las contracturas musculares, como su nombre lo dice, suceden cuando un músculo o grupos musculares se contraen (acortan o alargan), de manera prolongada, y existen algunas a las que se les denomina “severas”, que además de convertirse en crónicas, pueden arrebatarle la calidad de vida a un paciente para siempre.
Normalmente hablo de la prevención porque en cualquiera de los casos es la mejor manera de erradicar verdaderamente los problemas, pero esta semana han llegado muchas personas al consultorio con este tipo de problema, y quisiera hablarles de lo peligroso que puede ser, ya que cuando llevamos al cuerpo a un desequilibrio extremo, las consecuencias pueden ser graves.
Les platicaré de una paciente que tiene una contractura severa en toda la espalada y en la zona lateral de la pierna, a tal grado que ni siquiera puede sostenerse de pie porque literalmente los músculos la jalan hacia el piso. Al caminar su cuerpo tiene forma de “C”, sus caderas están desfasadas completamente del tronco, e imaginen el dolor que le provoca.
Esto les puede pasar a cualquiera de ustedes y se da por varias razones, nunca es una sola. La primera es que el Sistema Nervioso Central (SNC) entiende que una parte estructural o funcional del cuerpo corre peligro, por ejemplo, un movimiento que representa riesgo de fractura o ruptura de una vértebra importante para el buen funcionamiento, puede ser una rotación muy fuerte, en donde la parte baja de la columna vertebral —y normalmente así empiezan— duele mucho, por lo que da una advertencia al cuerpo para inmovilizarlos, y si en ese momento se recibe un buen tratamiento SIN DOLOR, normalmente se diluye, de lo contrario el SNC recibe indicaciones adversas y provoca más dolor y contracción.
Al recibir un tratamiento con dolor, que es como la mayoría es enseñado erróneamente a quitar o eliminar las contracturas, empezará a reaccionar para convertirse en permanente y severo. En este caso, la paciente primero fue con un sobador, quien la dejó con tantos moretones que al llegar al consultorio pensé que había tenido un accidente, luego acudió a que le inyectaran localmente ozono, directo al músculo, lo que normalmente funciona bastante bien en contracturas crónicas, y después llegó conmigo, por lo que empezamos con nuestra terapia Y’u.
Lo que terminó contracturando de manera severa fue el accidente de su pequeño hijo, razón por la que ha tenido que pasar por angustias muy grandes que no le han permitido parar. No hemos sido educados para creer que lo emocional tiene que ver con lo físico, sin embargo, somos seres integrales y nunca podremos desprendernos de una parte, y si el cuerpo está desbalanceado, contracturado y además recibe una emoción fuerte, en ese momento el SNC va a inmovilizar, y en algunas ocasiones lo hace a través de la parálisis en donde una parte de su cuerpo deja de accionar y se deja de sentir, otra sería justo el diagnóstico de mi paciente: Contractura severa crónica.
Hay que resolverlo de tres maneras: emocional, físico y estructural; y esto se inicia con palancas y equilibrio fascial, la fascia es parte del tejido conectivo que se encuentra en todo nuestro cuerpo. La activación de ésta se logra a través de movimientos repetitivos sumamente suaves, que deben de cruzar hemisferios, un ejercicio para lograrlo es tocar la parte interna de la mejilla con la punta de la lengua, mientras los ojos miran al lado contrario y viceversa.
Antes de intentar atacar al músculo, hay que llevarlo a un equilibrio neurológico, y en el caso de las palancas, funciona cuando la persona presiona con un nivel 3 de fuerza el extremo de una parte de su cuerpo, para liberar la tensión en la parte que su cuerpo alertó como riesgosa, repitiendo de manera suave y sutil “N” cantidad de veces.
Cuando llevamos al cuerpo al equilibrio, a través de información neurológica, éste logrará regular de manera efectiva para equilibrar tanto lo físico como lo emocional.