La meditación y el bienestar
Hola, si sigues esta columna, te habrás dado cuenta que este mes lo hemos dedicado básicamente a los beneficios de una respiración consciente y bien ejecutada. Hoy quiero hablarte de otro tema que me apasiona y sus bondades, me refiero a la meditación.
Hace años, cuando empecé mi instrucción en las diversas técnicas del yoga y otras disciplinas, descubrí la meditación, la cual me abrió un universo de posibilidades, tanto de paz mental, sentido respiratorio, concentración, así como sanar mi cuerpo, tener un estado anímico positivo y encontrarme con mi ser espiritual, entre muchas otras cosas.
Por lo general pensamos que la meditación es algo muy difícil de alcanzar y que es exclusiva de los yoguis, los budistas, los gurús, o personas muy sensibles; pero no es así, la meditación es un estado de consciencia que todos podemos alcanzar, sin importar nuestro credo religioso o prácticas físicas.
¿Te has dado cuenta que cuando das una larga caminata o vas a nadar, incluso cuando manejas por un largo periodo de tiempo o bailas, pareciera que el tiempo se hubiera suspendido, y sin importar el esfuerzo físico te encuentras relajado y focalizado?
Pues bien, eso es lo que denominamos meditación activa, y ello se da gracias a la concentración que tenemos con respecto de lo que hacemos, pensamos y como llevamos una respiración constante al momento de hacerlo.
Este proceso es conocido como relajación progresiva, es una meditación que alienta a las personas a escanear sus cuerpos y liberar la tensión tanto mental, emocional como corpórea. Según estudios, la meditación nos ayuda a eliminar nuestra obsesión con problemas cotidianos, nos genera mayor concentración, así como estado de consciencia de nosotros mismos y con nuestro entorno; también es un gran estimulante para la memoria, al tiempo que nos permite controlar nuestros impulsos y no ser reactivos ante situaciones negativas y lo mejor de todo: nos ayuda a tener mejores relaciones interpersonales, a controlar el dolor, la frustración, sentimientos que nos dañan
Mucha gente piensa que la meditación es un rollo jipi, que sólo personas muy relajadas lo pueden conseguir; si quieres empezar a aprender a meditar, te sugiero los siguientes consejos y verás que pronto lo lograrás, sólo es cuestión de intentar, si es posible todos los días busca un momento.
Encuentra o date el tiempo de ubicarte en un espacio donde te sientas seguro y cómodo, puede ser acostado o sentado de manera relajada sobre tus isquiones (huesos en losque te sientas); puedes poner música, aromaterapia, en fin cosas que no te distraigan y te hagan sentir a gusto. Ahora, suavemente tensa tus músculos, después relájalos y estíralos al ritmo de tu respiración, la cual debe de ser fluida y rítmica; concéntrate en ella, repite cuantas veces sea necesario y poco a poco entrarás en un estado meditativo. Ayuda mucho en este punto pensar en el oleaje del mar (baja la app y’u bubble, cada nivel es una meditación extraordinaria).
Este ejercicio para aprender a meditar coadyuvará a promover calma y relajación y sirve para evitar, e incluso eliminar dolores crónicos y ansiedad, pues relaja el cuerpo de manera lenta y constante, y es excelente ejercicio para irnos a dormir.
La meditación está diseñada para promover sentimientos de compasión y amor, tanto para los demás como para uno mismo; ofrece relajación y una mayor conciencia en un mundo estresante donde nuestros sentidos a menudo se saturan.
Ven al Centro y’u y conoce cuántos tipos de meditación hay para ser más saludable y disfrutar más de tu día a día.