La conciencia somática del movimiento y nuestro esqueleto
En esta ocasión les quiero hablar de algo que me tiene muy entusiasmada; como saben en Centro y’u® estamos en constante proceso de aprendizaje, tanto en nuestras especializaciones, así como en la búsqueda de nuevos referentes, tecnologías y conocimientos para nutrir al Método y’u® en miras de mejorarlo segundo por segundo.
Recientemente me inscribí en un diplomado de cuatro años, que se dicta en la escuela de Body Mind Movement; en este primer bloque académico estamos estudiando la conciencia somática del movimiento, lo cual tiene como principio reconocer que los seres humanos tenemos un registro histórico y una memoria fundamentados en nuestro desarrollo motriz.
Como lo he comentado en otros artículos, nuestro sistema óseo es el pilar, la base de toda nuestra estructura anatómica, y gracias a éste se da el movimiento: necesitamos un soporte para que se dé y los huesos son los protagonistas; se compone de 206 huesos que trabajan en conjunto para proporcionarnos estabilidad y movimiento, operando de manera conjunta con las articulaciones y los músculos, el tejido conectivo el nervioso y una complejidad (muchos elementos) de funciones y factores, además de todas las fibras y emociones que se conjugan en un milímetro de movimiento.
Esta primera parte del diplomado se ha dedicado precisamente al estudio del sistema esquelético, y de cómo la gravedad, la tensión y la fuerza de los músculos, entre otros factores, hacen que nuestros huesos cambien, ya que éstos se pueden extender e incluso engrosar, torcer, rotar, fracturar o fortalecer, así como sufrir desgaste y deterioro, como la famosa osteoporosis, y todo esto es porque no conocemos a fondo lo que se nos ha dado, el cuerpo es el mejor diseño que he conocido jamás, lo podría titular “el tesoro de tesoros” y lo tienes a tu disposición cuando quieras, ¡es todo tuyo!
Dentro de las funciones del esqueleto tenemos las siguientes:
Soporte: dada su rigidez los huesos son los encargados de dar soporte para los músculos.
Protección: los huesos forman varias cavidades que protegen los órganos internos; el cráneo, por ejemplo, protege nuestro cerebro y las costillas, nuestros pulmones y corazón.
Movimiento: gracias al soporte que nos dan podemos movernos; intenta hacerlo pensándote como un moco de King Kong (sin huesos), serías como un caracol, y necesitarías de otros sistemas. “Para cada movimiento precede un punto de apoyo”, el nuestro recae en los huesos, en un caracol recae en la superficie donde se mueve, es por ello que son babosos.
Homeostasis mineral: el tejido óseo almacena minerales, como el calcio y fósforo.
Producción de células sanguíneas: en nuestra médula ósea se producen eritrocitos, leucocitos y plaquetas.
Almacenamiento de energía: en la médula ósea también funciona como una reserva de energía en forma de células adiposas o de grasa.
Cuidar nuestros huesos es de suma importancia y para ello, te sugiero los siguientes puntos:
Yo sé que todo el mundo te recomienda el ejercicio, pero te voy a decir que es más sano y genera verdaderamente homeostasis (equilibrio: cuerpo, mente, emociones) y quiero que lo hagas diario como un ejercicio.
1) Recuerda momentos en donde has sido muy feliz, y al menos haz que perduren tres minutos al día.
2) Abraza con los huesos y baila con quienes más amas, jugando con tus huesos (vivirás las diferentes formas y activas la organización e integración celular) y siente amor mientras lo haces.
3) Al terminar, levanta los brazos y grita con la mayor fuerza posible “¡y’uhuuuuu y’upieeee y’u hu huiiiiii!”, y si no te lastima saltar, hazlo volteando y rebotando como niño pequeño.
4) Dile no al dolor. ¡Disfruta poniendo emociones y exprésalas!
Si tienes lesiones o dolores, ¡visitanos, somos expertos en encontrar el origen y darte soluciones permanentes!