Sacúdete los males y obtén calidad de vida
Cuando comencé la metodología Y’u, la basé principalmente en la biomecánica y funcionalidad corporal, que era lo que mejor entendía, pero al saber programar, comprendí cómo el cerebro almacena y saca la información, ya que lo hace tal como una computadora e imita al cuerpo humano de manera artificial, para simular ciertas secuencias que suceden dentro. Sin embargo, el cuerpo humano es sumamente complejo, y para poder llevar a una persona a que mejore su salud, cree una capacidad de movilidad más avanzada, y mayor consciencia corporal para que logre una buena calidad de vida, hay que integrarlo y conocerlo.
Hoy te quiero contar un poquito sobre el tejido conectivo, que por definición se refiere a cualquier tejido que conecta partes del cuerpo. Hay muchos tipos de tejido conectivo, va desde los duros, que son los huesos, hasta los líquidos, como la sangre. Todos juegan un papel importantísimo para protegernos, mantenernos y permitirnos sobrevivir. En esta ocasión me referiré al tejido conectivo que pertenece al sistema locomotor (movimiento).
Los huesos son los que más dureza tienen (aunque por dentro sean esponjosos y contengan un almacén perfecto para nuestros nutrientes). También está el cartílago, un tejido conectivo que tiene la función de proteger y previene el desgaste del hueso.
Por otra parte está la fascia, que es uno de los más famosos y conocidos en este momento, debido a los grandes descubrimientos que se han encontrado en este tejido conectivo, el cual está bajo la piel; es blanca y mucosa, se parece al gel de pelo cuando está mojado, se encuentra repleta de nervios, venas y arterias, y cuando nos lesionamos o alguna parte de nuestro cuerpo no funciona al 100, este tejido se deshidrata y causa dolor, o simplemente nos quita movilidad para avisarnos que algo está mal. La fascia profunda toma a uno o varios músculos, la superficial nos da vitalidad y movilidad en la piel. Para activar la fascia, acaricien su mano por unos minutos y miren como favorecen la movilidad; eso se lo debemos a este tipo de tejido.
También nos encontramos con los ligamentos, que son los que detienen hueso con hueso en todas las articulaciones —unión entre dos o más huesos— son distensibles, pero no muy elásticos, lo que nos permite permanecer estirados durante un periodo largo y nos ayudan a estabilizar para poder lograrlo. Los tendones unen al músculo con el hueso; nacen del periostio (tejido periférico del hueso) y están dentro y alrededor de los músculos, permiten la movilidad y estabilidad del músculo, del que son parte.
Las bursas son sacos del tejido conectivo que segregan líquido sinovial y nos permiten movernos fácilmente; son los que protegen los tendones y músculos. Gracias a todos estos podemos bailar, cantar, brincar, agacharnos, correr, abrazar, besar y cualquier cosa que requiera de movimiento.
No sé si te has puesto a pensar en cómo funciona y se organiza tu cuerpo, pero cuanto más estudio, más comprendo que tenemos un potencial infinito. Por lo que te quiero invitar a que muevas tu cuerpo de forma un tanto extraña para poder abastecer de vida tu día a día, nos hemos dejado de mover por usos y costumbres, y necesitamos abastecer al tejido conectivo locomotor.
Te tengo un pequeño juego que podrías hacer al despertar, ya que además de brindar energía, le da a todos estos tejidos muchos lubricantes y una zona perfecta para su función. Conviértete en Bolo, que es uno de mis personajes (pelota de básquet). Sin separar los pies del suelo simula rebotar hacia arriba y abajo, luego cada vez que subas y bajes sacúdete todo lo que no te gusta y pon la palabra en tu cabeza, por ejemplo: sacude la pereza con la que amaneciste, a una persona que te cayó mal ayer, o bien, a la tristeza o sentir rencor. Prueba cada mañana durante 21 días y escríbeme al WhatsApp para contarme qué te pasó al 442 2580 597, también puedes contactarme si te duele algo o quieres habilitarte, potencializarte o rehabilitarte.