Dolor posto-operación de pecho
Buenos días y linda semana, hoy amanezco con muchas ganas de contarte la historia de Alicia, a quien vi por primera vez esta semana, ella tiene cáncer de mama y es una sobreviviente. Hace un año le extirparon tanto las glándulas mamarias como 18 ganglios, y ha logrado sobrevivir a la enfermedad y todo lo que conlleva el tratamiento. Ayer llegó al Centro Y’u por un dolor clavado entre las escápulas (los huesitos como alitas de pollo que se encuentran en la parte alta de la espalda), y refirió que tiene casi nueve meses con este dolor, pero llegó a ser tan fuerte que no la dejaba respirar, dormir e incluso vivir.
Había intentado con quiropráctico, terapia y masajes, sin lograr realmente un resultado notorio o duradero, su carita de cansancio y desesperación me hizo sentir un hueco en la boca del estómago. Le pedí que se pusiera de lado y tomé su brazo por debajo de la axila, empecé a tocarla sabiendo exactamente dónde era el dolor, pues es algo súper común en las personas que operan en el pecho, no solamente en los senos o pectorales, sino también en el esófago, esternón, pecho, corazón y cualquier cirugía que tenga que ver con abrir el pecho.
Y te preguntarás: ¿qué tiene que ver el pecho con la espalda? Pues en realidad, en nuestro cuerpo todo tiene que ver con todo, ya que estamos conectados y todos los músculos tienen su antagonista, y a lo que me refiero, es que por un músculo que se contrae hacia dentro, hay otro que debe de contraerse hacia afuera. Y es por ello que cuando a las personas las operan, se producen contracturas, con las que tu propio cuerpo te está defendiendo de lo que le pasó al de enfrente o viceversa.
Me comentaba Alicia que había ocasiones en las que el dolor incluso no la dejaba ni siquiera hablar, y quiero que por favor corran la voz si conocen a alguien que tenga estos síntomas, porque se trata de una contractura muscular muy profunda, tanto que ni siquiera un quiropráctico puede quitar. Este tipo de contracturas hay que desvanecerlas con el calor de las manos y entender específicamente cómo llevar la escápula a su lugar, porque ésta se coloca en una posición de defensa debido a lo que el paciente está sufriendo, moviendo de lugar la T5 (quinta vértebra en el tronco), y no hay calmante o desinflamatorio que lo mejoren. Debe ser un proceso manual, lento y suave para dejar que se vayan soltando, primero a través de las fascias —tejido conectivo nervioso— y luego, mediante la relajación.
El dolor es similar a lo que la gente llama un “aire en el pecho”, de esos que no te dejan ni moverte, sólo que es en la espalda media, pero no se quita con un masaje porque proviene de un sistema de defensa, y es muy profundo.
Al llegar a la sesión le pregunté a Alicia del 0 al 10, ¿cuánto le dolía?, y contestó que 10. Es una superviviente de cáncer, ha luchado a capa y espada y pudo contra todas las adversidades, pero el dolor la estaba matando en vida. En una sola sesión terminó con cero dolor, ni una sombra siquiera de ello, porque el método Y’u está basado en la ingeniería y el entendimiento neurológico y biomecánico del cuerpo, por lo que le damos una solución real, a través de la información que le damos al paciente para que tenga mejores opciones de las que ha tomado su cuerpo, como en este caso, que fue una postura de autodefensa, donde se contraen y mueven músculos de tal manera que después no encuentra como deshacerse de lo que se formó.
Si conoces a alguien que tuvo una cirugía y que tiene síntomas parecidos, avísale que nosotros podemos ayudarle. Ayer me quedé pensando y si esto lo supieran todas las enfermeras o doctores que hacen este tipo de operaciones, podríamos evitarle a las personas nueve meses o incluso toda una vida de dolor, por lo que me propuse hacer videos y enseñar cómo lograr esta recuperación.
Por prioridad, en 2019 voy a hacer un diplomado que durará un año con seis módulos de viernes por la tarde, sábado y domingo, para enseñar a fondo la metodología Y’u. En este aprenderás a utilizar tu cuerpo como tu propia tecnología, ya que está dotado de tantas cosas, que necesito un año de estudios para que puedas empezar a entender cómo ESTAR BIEN. Tú tienes el poder de hacer lo que quieras —literalmente—, desde saltar una barda de dos metros, hasta curarte, y enfermarte muy poco o casi nada. Nuestro cuerpo viene dotado de una infinidad de virtudes y somos ignorantes de ellas.