La magia de la Navidad y su efecto dominó
Estamos a un día de Navidad, uno de mis días favoritos porque creo que juntarnos con nuestros seres queridos o recordarlos es una de las maravillas humanas; los rituales a través de los cuales desprendemos amor, paz, compasión, estar en estos momentos tan presentes, y compartiendo lo mejor de cada uno me parece maravilloso, no es sólo un parecer, sino es un entendimiento total de lo que verdadermante es lo más valioso que tenemos: a nuestros seres queridos.
Hace muchos años escuché a un antropólogo decir que en ese momento la humanidad estaba más en paz que nunca, decía que esto sucedía porque la mayoría de nosotros seguimos reglas de bienestar común, no como sucedía en la época de los vaqueros o de la guerra, en donde se valía matar por una causa; esto no significa que no seguiremos haciéndolo, significa que en estadísticas, verdaderamente tenemos menos muertes, porque entendemos lo que genera respetar al que tenemos enfrente, a pesar de tener diferentes ideologías. Y aunque entiendo que muchos debido a la situación política y económica lo vean de diferente manera, los invito a reflexionar que las estadísticas son reales; más paz en el mundo que nunca en la historia.
Cuando hacemos que suceda la magia de la Navidad, ésta hace un efecto dominó porque los seres humanos tenemos ese buen diseño en el que nos regimos por lo que nosotros hacemos por los demás, y cómo responden los demás ante esos estímulos es lo que me gustaría que observaran en la noche de mañana, y lo impogas en tu vida a a partir de hoy.
En y’u lo que hacemos es enseñarle a las personas el potencial que tienen, a través de hacer nuevas sinapsis (conexiones neurológicas) y, con ello, explotar todas sus capacidades. El 90 por ciento de los casos es para combatir el dolor, o la disfuncionalidad. Pero en cada uno de nuestros pacientes implicamos la importancia de las emociones porque están siempre ahí integradas. ¿Se imaginan la frustración que puede vivir un ser humano con 40 años de dolor? Y lo que eso implica en esa persona, además que en la vida actual casi no gestualizamos las emociones, lo que sucede exactamente al contrario en esta noche brillante que es Navidad.
Lo que me queda es decirles primero gracias por estar conmigo todo este tiempo, por estar vivos, por cada momento vivido, y con todo el amor que les tengo les deseo la mejor Navidad y el mejor momento del mundo instante por instante, porque depende de ti vivirlo con amor, que es la emoción que más causa endorfinas y sustancias químicas que les harán sentirse, verse y estar justo como ustedes quieran. !Feliz, feliz Navidad!